domingo, 21 de marzo de 2010

Vrindavan, o la ciudad de las viudas (Después de leer el reportaje de ANA GABRIELA ROJAS, en El País)


Hay una ciudad perdida
en donde las sombras se visten de mujer
y las mujeres son sólo sombras arrastradas por el viento

Hay una ciudad que las recoge

Esa ciudad es Vrindavan
Y ellas las viudas de Vrindavan

Son las viudas las brujas las hechiceras las viudas
de blanco de triste de amargo
las postergadas por haber perdido a su hombre

Sus plañidos salen de rincones
inundan la ciudad de Vrindavan
Desde antes del alba
hasta la incandescencia que antecede a la luna

No se ven
invisibles no existen
porque mujer sola es solo sombra
y no rocemos su sombra
que su sombra no nos roce
porque hasta su sombra es desgracia

Su cadáver caerá en el aviso del desprecio
devorado por perros
limpiado hasta el último hueso
por pájaros carroñeros

Quedan entonces detenidas de la vida
en el dibujo horrendo del abandono
Sobreviven no viven
mientras piden a Krishna
el bálsamo de la muerte

Un repiqueteo de bastones
anuncia cada tarde su regreso
al rincón de la amnesia

En la ciudad de las viudas
en la ciudad de Vrindavan