domingo, 24 de octubre de 2010

Para seguir soñando



Para seguir soñando
                                     
Me parece que ya no podré visitarte
acomodarme
y deshacer mi equipaje
en el paraje impaciente de tu sueño

No sé si la muerte está hecha de ese sueño
que hace estaciones en la breve eternidad
de los relámpagos

No sé si en la muerte
se vive el espacio de los sueños
o si es oscuro el sueño
borrado de sí mismo
si no hay espacio para seguir soñando

No sé si es pared hierba agua nube tormenta
un momento
cabalgando otro momento
si es luz germinal desconsuelo agujero negro
para seguir viviendo en la telaraña de otro sueño

Me parece entonces
que ya no podré aposentarme en tu sueño
y renacer en el espacio de lo que vas soñando

No me queda más que despertar
y lavarle los ojos a la muerte

Despertar con lo que quedó en mi sueño



Para seguir soñando

Me parece que ya no podré visitarte
acomodarme
y deshacer mi equipaje
en el paraje impaciente de tu sueño

No sé si la muerte está hecha de ese sueño
que hace estaciones en la breve eternidad
de los relámpagos

No sé si en la muerte
se vive el espacio de los sueños
o si es oscuro el sueño
borrado de sí mismo
si no hay espacio para seguir soñando

No sé si es pared hierba agua nube tormenta
un momento
cabalgando otro momento
si es luz germinal desconsuelo agujero negro
para seguir viviendo en la telaraña de otro sueño

Me parece entonces
que ya no podré aposentarme en tu sueño
y renacer en el espacio de lo que vas soñando

No me queda más que despertar
y lavarle los ojos a la muerte

Despertar con lo que quedó en mi sueño

jueves, 8 de abril de 2010

No sé





No sé si a vos te pasa

No sé si aprendiste
de tanto silenciarte
a dejar que tu pobre piel hablase

No sé si a vos te pasa
que la piel de pronto llore
incierta en su dolor
sin saber si va o si viene
enredada en el espanto de la ausencia

No sé si a vos te pasa
que la piel se brote
de puro y desnudo dolor
que te hable con palabras
que se llene de sigilosas cicatrices
llore por heridas


grite en el espanto de su pena
y te revuelque en la sinrazón
de lo sentido

No sé si a vos te pasa….

No sé

No sé


No sé si a vos te pasa

No sé si aprendiste
de tanto silenciarte
a dejar que tu pobre piel hablase

No sé si a vos te pasa
que la piel de pronto llore
incierta en su dolor
sin saber si va o si viene
enredada en el espanto de la ausencia

No sé si a vos te pasa
que la piel se brote
de puro y desnudo dolor
que te hable con palabras
que se llene de sigilosas cicatrices
llore por heridas

grite en el espanto de su pena
y te revuelque en la sinrazón
de lo sentido

No sé si a vos te pasa….






domingo, 21 de marzo de 2010

Vrindavan, o la ciudad de las viudas (Después de leer el reportaje de ANA GABRIELA ROJAS, en El País)


Hay una ciudad perdida
en donde las sombras se visten de mujer
y las mujeres son sólo sombras arrastradas por el viento

Hay una ciudad que las recoge

Esa ciudad es Vrindavan
Y ellas las viudas de Vrindavan

Son las viudas las brujas las hechiceras las viudas
de blanco de triste de amargo
las postergadas por haber perdido a su hombre

Sus plañidos salen de rincones
inundan la ciudad de Vrindavan
Desde antes del alba
hasta la incandescencia que antecede a la luna

No se ven
invisibles no existen
porque mujer sola es solo sombra
y no rocemos su sombra
que su sombra no nos roce
porque hasta su sombra es desgracia

Su cadáver caerá en el aviso del desprecio
devorado por perros
limpiado hasta el último hueso
por pájaros carroñeros

Quedan entonces detenidas de la vida
en el dibujo horrendo del abandono
Sobreviven no viven
mientras piden a Krishna
el bálsamo de la muerte

Un repiqueteo de bastones
anuncia cada tarde su regreso
al rincón de la amnesia

En la ciudad de las viudas
en la ciudad de Vrindavan